La historia trata sobre la atormentada vida de In s, quien en su infancia fue v ctima del abuso sexual por parte de su padre. Esta narraci n sirve de marco para diferentes eventos sobre pecados, desenfrenos, desamores y evasiones.El personaje de In s encarna el tragicismo de aquellos seres humanos que buscan una explicaci n del destino -de su propio destino- a partir de las circunstancias de sus vidas. Lucha, pasi n muerte, vida, amor, manipulaci n, control, rechazo, erotismo, soledad... todo eso lo encarnan.El argumento central de la novela podr a parecer sencillo: In s busca la venganza en los hombres
pero al final de cuentas es una venganza contra s misma, contra el estigma que cambi su vida: el incesto, las reiteradas violaciones de su padre.Las relaciones que establece In s con sus m ltiples amantes la hacen hundirse paulatinamente en un foso de contradicciones espirituales y mentales, muy cercanas a la locura. Logra percibir en los espejos -simbolog a de su vida interior- la voz de su padre, quien fantasmag ricamente ha tomado vida en su propio ser para seguirla sujetando a su recuerdo. Se trata de una lucha interna, no tanto para librarse del pecado sino de los estragos alm ticos -voluntad, emociones, sentimientos...- y espirituales provocados por el incesto. Podr a tener la narraci n una carga de alientos freudianos, muy cercanos a la neurosis sexual
adem s de una percibible oscuridad acerca de cualquier sentimentalismo.En ese proceso es explicable que nuestra protagonista, In s, no siente ninguna simpat a personal -relaci n afectiva- por su esposo o por su hijo, Rodrigo, y esto debido al hecho de que representan al g nero humano que ella detesta.Su nico sentimiento presuntamente edificante, leal y genuino es hacia su hija, Luc a, quien encarna de alguna forma la imagen gen rica de la mujer como un ser d bil, necesitado de protecci n frente a los hombres. Todo esto la hace caer en una especie de amor obsesivo, destructivo, que la lleva a una relaci n indiferente y alejada de los dem s seres humanos, especialmente los de su entorno familiar.El nico momento en el que In s llega a sentir verdadero deseo f sico, sexual y afectivo acerca de alguien no lo puede tener, pues el hombre que por fin despert alg n tipo de sentimiento en ella est esclavizado a una silla de ruedas, cuadripl jico, por lo que le resulta un imposible. Frente a su temperamento caprichoso y dominante, este hecho provoca una muy grande frustraci n en ella. ("Quien mucho desea lo que no puede poseer, est condenado a vivir eternamente en una parcela de frustraci n").La narraci n, como inicia, va concluyendo con el fin tr gico de la hija de In s: su muerte por ahogamiento. Y al no tener un sustituto real y aceptado por ella para ese nico sentimiento de presunto amor, decide por la soledad. La soledad es la cura de sus males, despu s del giro de vida que le trae el fallecimiento de su hija.En el discurrir de la novela hay diferentes personajes y circunstancias que enriquecen el relato, el cual tiene un final, que aunque parece conocido desde el inicio, resulta inesperado.